Mi montaña rusa

Creo que ya va siendo hora de dar un cambio de 180º, de dejar de ser la niñata ingenua a la que todos acudían cuando tenían un problema o cuando necesitaban mi ayuda y luego me apuñalaban por la espalda, sinceramente.... me cansé. Mi vida siempre ha sido como una montaña rusa, sí, eso; exactamente eso, igual que una montaña rusa; en la que a veces me encontraba en lo más alto y de repente bajaba de una manera brutal, pero siempre he vuelto a subir. Se dice que la vida se compone de cosas malas, a las que substituyen las buenas y las malas vuelven a substituir a las buenas y así sucesivamente. Es como una especie de cadena irrompible. Pero, ¿sabéis qué? Que esto solo es una mala racha, y sé que volveré a subir los raíles de la montaña rusa hacia arriba y quizás más alto de lo que estaba antes. Hay ocasiones en las que las personas que creías que no iban a dejar nunca de darte la mano para levantarte del suelo caída tras caída se van alejando, pero no te rayes por eso, la vida te pone obstáculos y este es uno de ellos, y en cada obstáculo hay un cartel en el que te explica el por qué de ello y  en este caso pone algo como: "el destino nos pone personas a nuestro lado y se las lleva, dejando lugar a la aparición de nuevas personas, que llegamos a querer incluso más que a las que se fueron, pero nunca, nunca te dejará sola, aunque tienes que aprender a caminar sin tener que coger a nadie de la mano, no puedes depender de las personas que te rodean ya que el día que te falten, temblarás y te caerás nuevamente al suelo". Así que, si estás en casa, tirada en la cama con el portátil, escuchando música y en pijama, apaga el ordenador, dúchate, ponte un vestido corto y unos taconazos, suéltate el peo, coge tu pintalabios favorito y empieza a subir esa montaña rusa.