sábado, 3 de agosto de 2013

Algún que otro sueño.

Me gustaría ir a Londres, dónde intentaré hacer reír a los guardias de seguridad con mis caras más extrañas y mis chistes malos. ¿Después? A París, mientras me subo a lo alto de la Torre Eiffel y veo toda Francia. ¿Posteriormente? A Italia, dónde me haré la típica foto dónde yo, con toda mi fuerza y valentía, sujetaré la Torre de Pisa para que no se caiga, además, daré un paseo en góndola por uno de los canales más bonitos de Venecia a la luz de la luna con algún apuesto joven desconocido conduciéndola. ¿Entonces? Entonces iré a Grecia, a ver todas esas casas blancas llenas de pureza de Santorini, pero sin olvidarme de visitar cada uno de los templos del país. El de Artemisa y el de Poseidón. Jugar a las batallas en la Acrópolis de Atenas...  ¿Luego? A Finlandia, a descubrir si de verdad Papá Noel habita allí, y si en persona, las auroras boreales son más bonitas que en fotos. ¿Siguiente? Quizás me pase por Corea a cumplir alguno de mis sueños y visitar el país dónde fue inventado el deporte por el que vivo. ¿De seguido? Directamente a Las Vegas, dónde me gastaré la ostia de dinero en el casino para no ganar ni un céntimo pero podré decir: ¡Vine a Las Vegas, baby! ¿Aún más? Pues me iré a Nueva York, sí, y me subiré a la Estatua de la Libertad y veré como todo Manhattan amanece. ¿Y por último? Yo siempre digo que lo mejor, para el final. Por último me iré a Los Ángeles. Arrasaré en todas las tiendas de Beverly Hills, mientras me gasto casi todos los ahorros que me quedan en ropa. Luego, en Hollywood, iré mirando cada una de las estrellas del Paseo de la Fama y me haré una foto con la inmensa mayoría mientras sonrío bebiéndome mi Starbucks. También me haré fotos junto al cartel de Hollygood, señalándolo con una gran sonrisa en mi cara diciendo: Sí, estoy en L.A. Y al final, me subiré a lo alto del mirador y miraré por última vez todo Los Ángeles. Pero cuándo vuelva aquí, a España, me esperará lo mejor. Me esperarás tú.


Sé que este era tu color preferido.

Aunque sé que faltan unos cuantos meses para que sea Navidad y vengan los Reyes Magos junto con Papá Noel a cumplir nuestros deseos, yo ya voy a pedir el mío. Este año, lo que más me gustaría recibir por Navidad no es ni un Iphone, ni una Tablet, ni una cámara nueva ni nada así, lo único que quiero es una escalera alta, muy muy alta, que me lleve hasta allá arriba para poder pasar aunque sólo sean cinco minutos de nuevo contigo. A veces pienso que te fuiste demasiado rápido de mi lado, Abu.