miércoles, 28 de noviembre de 2012

Esta soy yo... 






Unoycerodandiez.

¿Qué pasa si te digo que aún te quiero? Que después de tanto tiempo aún me cuesta mirarte y no quedarme embobada con tu preciosa sonrisa, con esos ojitos de niño bueno, con esos mofletes que encandilan a todos. ¿Qué pasa si te digo que después de todo lo que hemos vivido cada vez que siento el roce de tu piel me estremezco? Que a pesar de todo mi aroma preferido sigue siendo el de tu piel, que mi sabor preferido el de tus besos y que el color que me vuelve loca es el de tus ojos. Me encanta. Me encanta poder levantarme y que mi primer pensamiento seas tú. Me encanta poder hablar contigo y contarte miles de aventuras. Me encanta que nos piquemos por todo y que al final todo termine con una sonrisa. Me encanta poder decirte que eres tonto, y que tú sepas que lo que en verdad te estoy diciendo es que te quiero demasiado. Me encanta mirar a mi alrededor y ver un millón de cosas que me recuerdan a ti, a esa forma tuya tan peculiar de ser. A todas esas manías que con el paso del tiempo cada vez se me van haciendo más y más indispensables, porque son tus manías, las que te hacen ser como eres. Recuerdo el primer día que nos vimos, como si fuera ayer mismo, y pensar que eramos unos enanos y ahora… Ahora todo ha cambiado. Recuerdo el día en que me confesaste que era una persona muy importante para ti, el día que me dijiste que no me fuera de tu lado, todos y cada uno de los mensajes que me enviaste felicitándome la navidad y el año nuevo. Tus maravillosos abrazos cuando más lo necesitaba, tus palabras de apoyo y el simple echo de estar ahí siempre. Recuerdo cada una de las aventuras que tuve el placer de compartir contigo, recuerdo… Recuerdo todo lo que tiene que ver contigo. ¿Y qué le voy hacer, si tú para mí eres una de las drogas más fuertes que existen? Ni el alcohol, ni la cocaína, ni el chocolate… Nada, y créeme cuando te digo nada, se compara a ti…. 



Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas...